Tuesday, December 2, 2014

Solos… no más.



A pesar de algunos quieran tapar el sol con un dedo y ocultar una verdad a gritos la selección Sub 21 de Cuba con sus actuaciones se ha ganado el cariño de la gente y hache una conexión con el fanático cubano que no se veía desde hace muchos años.

Es por ello que no fue una sorpresa, que este domingo al arribar a aeropuerto José Martí, familiares, amigos, extraños motivados por la actuaciones de los muchachos y federativos, que al bote del éxito se sube todo el mundo aunque se hayan echado al bolsillo los recursos que le tocaban a estos muchachos y el resto de las selecciones nacionales y provinciales, que vergüenza siempre hay poca.

No fue esta la habitual fría y solitaria de siempre para una selección cubana de futbol a su arribo a la patria, vítores, aplausos, abrazos y besos para los nuevos ídolos cubanos, calor que llegó al máximo cuando apareció Yolexis Collado quien fue recibido entre fuertes aplausos y gritos de apoyo para demostrarle a este titán de la media cancha, lo orgullosos que estaban de él y que poco importaba el penal fallado ante México.

Las imágenes superan a las palabras así que dejemos la palabrería y pasemos a las fotos obtenidas en la página de Facebook del equipo La Habana.

Pa poner los puntos sobre las íes.

Justo ahora que el pueblo cubano, a través de los medios oficiales de prensa se ha desbordado en comentarios de apoyo y admiración por la gran actuación de la selección cubana de futbol sub 21 en los recién terminados Juegos Centroamericanos y del Caribe, llegando incluso al punto de decir que esta medalla de bronce de nuestros futbolistas tiene un valor superior a la de oro de nuestros beisbolistas quienes enfrentaron a una banda de desconocidos, el periódico Granma y en especial su periodista Oscar Sánchez Serra, no han tardado en salir al paso y aclararnos la mente sobre, quien sigue siendo el Rey.

En un artículo aparecido en Primera Página de la edición del viernes del periódico Granma y titulado “La medalla que más disfrutamos”, este señor que hace unos días atrás había mostrado no sólo un desconocimiento total del futbol cubano, sino que le faltó descaradamente el respeto en un artículo que supuestamente escribía para exaltar la labor de los dirigidos por Triana, fue más allá faltándole el respeto no sólo a todos nuestros deportistas si no también a nosotros, el pueblo al aficionado, porque no se quien le ha dado a él autoridad cual es la medalla que más hemos disfrutado en estos juegos.

Debe entender este señor, que no por estar en un medio noticioso de circulación nacional, puede decidir por nosotros y elegir nuestras preferencias.

Realmente no sé en que datos se basa el Señor Sánchez Serra para llegar a su conclusión pues según datos aportados por Ihoeldis en la discusión sobre el tema iniciada en Facebook al respecto, la noticia del partido entre Cuba y México en el mismo periódico donde trabaja Sánchez había alcanzado en apenas un día más de 100 comentarios, mientras que la del beisbol apenas habían 88, mientras que en Cubadebate, el artículo futbolístico había recibido más de 288 respuestas en el mismo espacio de tiempo, mientras que la del beisbol solo había llegado a 244, y eso que la victoria en el deporte de las bolas y los strikes había terminado varios días antes, lo que le daba un mayor espacio de tiempo para acumular mensajes; números claros conservan amistades dice por ahí, aunque parece que este señor poco cree en eso con tal de hacer valer su opinión, o mejor dicho, imponérnosla.

Y yo me pregunto como podrán sentirse nuestros atletas que después de dejar todo en sus deportes por la gloria de su país, en varios casos contra los mejores del mundo, puedan sentirse cuando al llegar a su tierra se encuentren con su labor demeritada por el triunfo de un equipo que ni siquiera se vio cara a cara con equipos de peso, y que podrían tal vez catalogarse de B o C en algunos casos.

Fanático y defensor del fútbol no puedo negar que me alegró mucho la actuación de nuestra selección de futbol y su medalla, pero disfruté por igual la victoria del beisbol, de nuestros boxeadores, de nuestras muchachas de basket o de los remistas, además de ver con emoción las actuaciones de aquellos que si bien no llegaron a lo alto del podio, pusieron su granito de arena hayan obtenido medallas plateadas, bronceadas o simplemente quedaron en el camino.

Fragmento del artículo escrito por Sánchez Serra tras el partido Cuba - México, donde se burla abiertamente de nuestra selección de futbol Sub 21
El futbol en Cuba va en ascenso, se quiera o no, le moleste a quien le moleste, es algo que aunque se quiera negar está en nuestra sangre y no es una moda como se ha querido vender, es necesario que estos dinosaurios perotelorogos acaben de entender que el futbol es también de nosotros, que no está aquí para quitarle el puesto al beisbol, porque nosotros disfrutamos tanto de un buen juego de beisbol como de uno de futbol, que esto no es una guerra, a ver quien sobrevive o a ver quien gana, que esto es una coexistencia pacífica, porque al final todos somos cubanos, todos sentimos por nuestra bandera, todos apoyamos a nuestros deportistas cualquiera sea el deporte que practiquen.

El vivir engañado o tratar de engañar a otros no funciona, hace mucho que no funciona, el internet y redes sociales abren rendijas en los muros que se le quieren poner a la información para ocultar la verdad.

Estamos felices, muy felices, por nuestros atletas, por nuestros beisbolistas, por nuestros futbolistas, ya sabemos que somos los desplazados, los condenados a sobrevivir en la sombra, sin apoyo y con el desangre de sus fondos a favor de otros, solo aclararles que el fervor por las gambetas y los goles no pasará y seguirá creciendo ya nos recortaron los campeonatos nacionales a la ridiculez de un par de meses, ya nos sacaron de los estadios y nos mandaron a los potreros y aun así no han podido apagar nuestro amor por nuestro deporte, ¿Qué van a hacer ahora? ¿Prohibirnos jugarlo? ¿Cortarnos las piernas? Si es así prepárense a conseguir muchas muletas.


Sunday, November 30, 2014

BRONCEORO


Hoy cuando el país esperaba reencontrarse con su selección , cuando casi todo el pueblo cubano, los de adentro y los de afuera, que al final todos llevamos la misma sangre, esperaba para volverse a deleitar con su selección nos encontramos de golpe con la noticia de que por cambios de última hora del Comité Organizador Cuba jugaría en una sede alterna y sin transmisión televisiva, un golpe bajo, muy bajo por parte de los organizadores.


Para un futbol olvidado y necesitado de difusión la medida de los organizadores para nada es algo trivial. Cuba, el futbol cubano necesitaba ese partido, la gente necesitaba ver que lo mostrado frente a México no era una casualidad y si una muestra de la calidad de estos muchachos, del gran trabajo de su cuerpo técnico.


Pero el castigo por haber hecho tambalearse al dueño de casa, haber desnudado sus debilidades fue mas que un obstáculo, un nuevo impulso para esta selección acostumbrada a los malos tratos y a las adversidades.

Cuba había venido a llevarse una medalla de estos juegos y la falta de televisión no iba a ser un impedimento, porque aun a la distancia, este equipo sabía que estábamos con ellos, que la gente buscaría cualquier medio para saber que pasaba minuto a minuto y una vez más respondieron a esa especie de romance surgido entre su pueblo y ellos, tocándole al seleccionado hondureño pagar los platos rotos.


Con menos de 48 horas de descanso después de 120 minutos trepidantes ante México el equipo mostró una gran entereza física y anímica, pues no solo tuvieron que recuperarse de la eliminación dos noches antes cuando ya se empezaba a saborear la final, sino también del gol hondureño y de la pérdida temprana de Yosel Piedra por una lesión, que obligó a un cambio tempranero en la diezmada escuadra cubana.

Uno a cero o cinco a cero era lo mismo para Cuba hoy, había venido a encaramarse en el podio, había luchado por ello y en el último día no sería diferente, así que Triana tiró toda la carne en el asador mandando a la Perla Hernández al terreno de juego en el lugar de un agotado Clavelo, cuando el partido estaba 0-1 en favor de los catrachos.

La entrada del Zulueteño posibilitó el reorganizamiento del equipo retrasando a Bryan Rosales a su posición habitual de marcador por la izquierda, hacienda lo mismo con la Bestia Urgelles que entró a formar pareja con Colón en el centro de la defensa posibilitando la subida al sector de contención de Arturo para unirse al Motorcito Collado en esa zona del campo.

Los cambios dieron resultado y quince minutos después de la entrada de Arichell, el viñalero Maykel Reyes mandaba el cuero a besar el tejido para empatar el partido, empate con el que se terminarían los 90 reglamentarios.

Se venían pues treinta minutos que hubiesen parecido inclinar la balanza hacia unos hondureños más descansados, hubiese, pero los cubanitos estaban para desafiar a las reglas de la cordura, de lo lógico y a los 106 minutos Arichel, el hombre de los momentos grandes, como en Jamaica en la primera fase de la eliminatoria Sub 20 pasada o frente Costa Rica en el Premundial de Puebla, apareció para desatar la locura en toda la tierra cubana y zonas aledañas (cualquier sitio donde haya un cubano) con su gol que nos ponía arriba en el marcador.


Honduras no asimiló el gol y lo pagó muy rápido, el Cazador se percató de que su presa se tambalea y terminó derribándola con el gol del Capitán Yordan Santa Cruz tan solo un minuto después del conseguido por Arichel, 3-1 categórico... irremontable que valió un bronce para una CUBA DE ORO.

Un bronce que fue un inmerecido premio a la mejor selección de este torneo, una selección que mereció más y que solo una verdadera injusticia la privó de lo más alto del podio. Una selección que maravilló, que enamoró con su futbol y que terminó siendo victima de su mayor pecado: la falta de definición, esa misma que hoy estuvo a la altura nos faltó para rematar a Venezuela y México.


Pero más allá de lo que se pudo y no se pudo, queda ese sabor dulce de la calidad de nuestros jugadores, de su nivel de juego. Esa sensación del deber plenamente cumplido con su afición y en mi caso personal de darme la razón en lo que he pregonado y defendido desde que escribí la primera línea en este Blog: que en Cuba si se juega al futbol, que lo llevamos en la sangre y no es un modismo importado, que nuestros jugadores son tan Buenos como el que más y que con un apoyo verdadero y real, el sueño Mundialista dejaría de serlo para volverse una realidad.


¿Y el Profe qué?


Hace unos años atrás a raíz de la obtención del campeonato Nacional por parte de Ciego de Ávila hablaba con Leonel Duarte y le preguntaba quien era para él la figura más importante del equipo. Si el Cheva con su labor magistral del mediocampo, o el Keko con sus goles, o Reisandri por su labor en el sector defensivo, y la respuesta del Leo de Cuba fue categórica y rápida: Raúl González Triana, su técnico.

Triana quien en mi opinión, junto a Chandler, son los dos mejores técnicos en Cuba actualmente y a los que con gusto confiaría nuestra selección ha tenido una larga historia al frente de nuestras selecciones con puntos, como cualquier técnico,  altos y bajos,  y con el cual hemos diferido o estado de acuerdo a lo largo de los últimos años.

Siendo el primero en reclamar su regreso a la selección y criticar su remplazo por Reihold Fanz durante la eliminatoria del mundial Sudáfrica 2010, sigo pensando que bajo su dirección técnica aquel equipo hubiese llegado mucho más lejos y no se hubieran perdido tantos jugadores;  también fui el primero en reclamar su salida de la misma tras la Copa de Oro del 2011, pues entendía que su ciclo estaba terminado, y que ambos: selección y Técnico necesitaban un distanciamiento por el bien de los dos pues su relación se había convertido en tóxica para ambos y hoy al cabo de estos años me siento feliz de haber hecho aquel reclamo y de que Triana fuera destituido al frente del seleccionado.

Y es que tal decisión le permitió al técnico avileño alejarse un poco de las luces y comenzar su trabajo con un grupo de muchachos a los que primero encaminó hacia la obtención, por primera vez, de la clasificación a un Mundial Sub 20, mostrando un equipo organizado y disciplinado que terminó cediendo en Turquía ante rivales de mayor jerarquía y preparación.

Sin embargo su obra no estaba terminada y en estos juegos Centroamericanos, escribió, creo sin temor a equivocarme su mayor obra de arte, no solo por los resultados, sino por el nivel de juego de sus jugadores, por destacarse como el gran estratega que es, por leer los partidos antes y durante los mismos, por saber mover sus piezas y hacerlo sin miedo o siguiendo un libreto escrito de antemano,  adaptándose a los cambios y dinámica del partido.

Fue Triana, para mi, como para Leo en aquella conversación, la figura más importante de este equipo y sin duda el artífice de este triunfo, no sólo por lo expuesto en el párrafo anterior, sino también por su relación con sus jugadores, por ese respeto que supo inculcarle a sus muchachos que no dudaban en buscarlo y abrazarlo en señal de agradecimiento en cada gol, en cada triunfo conseguido.

Fue esa labor la que le permitió al técnico avileño tomar a este grupo de muchachos llenos de talento y hacerlos jugar como el equipo que es hoy, pues en el futbol, de poco sirven las individualidades si el colectivo no funciona y se necesita de un verdadero educador para limar los egos y poner a todos en función del equipo.

A Triana sin duda alguna hay que agradecerle este triunfo que hoy disfrutamos, hay que señalarlo como responsable principal de esta alegría pues no podemos olvidar al hombre del banquillo el de los gritos desde la línea de cal. Porque en la vida hay que ser justos y la justicia no es solo criticar cuando las cosas salen mal, sino también alabar y exaltar cuando se hacen bien, y ante nuestro técnico tenemos hoy que quitarnos el sombrero, porque cuando se gana también es obra del técnico.


Felicidades Profe, en hora buena.

Friday, November 28, 2014

Sorpresa, Cuba perdió.

Elos nos contagiaron con su sonrisa y buen juego
El futbol es así, como el amor, bello y cruel al mismo tiempo, justo e injusto a la misma vez y tal vez por esa magia, por esa combinación de veneno y antídoto es que es el deporte más hermoso del mundo, el más seguido el que como ningún otro desencadena pasiones desenfrenadas.
Así es el futbol y anoche en el Luis “Pirata” Fuente de Veracruz encarnó sus dos versiones en la piel de los jóvenes cubanos miembros de la selección Sub 21 que defienden los colores patrios en esta nueva edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Diezmados por las lesiones y suspensiones, 13 guerreros cubanos se aprestaron a dirimir una noche épica para el maltrecho futbol antillano, al frente la poderosa escuadra mexicana, el premio la final y la posibilidad del oro soñado.
Modestos, sin nada que perder y sin otro apoyo que su talento, su garra y corazón nuestros muchachos salieron al terreno y con un futbol serio y muy bien planteado tácticamente, se adueño del baló, el terreno, desconcertó a un rival que no encontraba por donde ni como, mientras que veían la marea azul venirse una y otra vez, a veces en grupo a veces con la solitaria presencia de Yordan o Reyes, suficientes para crea zozobra en la zaga verde que no sabía cómo controlar la velocidad de los morenitos cubanos.
México se fue diluyendo ante la telaraña tejida por Raúl González Triana, quien por cierto tuvo que ver el partido desde las tribunas al estar suspendido tras su reclamación por el pésimo arbitraje en el partido frente a Venezuela, y solo pudo llegar a la meta defendida por Sandy Sánchez a los 30 minutos de juego, aunque pudo ponerse en ventaja a los 38 minutos cuando la defensa cubana fue cogida a contrapié, pero lo que parecía la reacción mexicana terminó por ser solo un amago y el intento por emparejar el partido fue solo una ilusión, pues Cuba se recompuso y cerro el primer tiempo con un cero a cero.
De ahí en más fue Cuba que desperdició la oportunidad de adelantarse en el marcador en los primeros minutos del segundo tiempo en los que ejerció un gran control del juego mismo que se fue alargando de los 90 minutos ante la mirada atónita de los presentes, la sorpresa del equipo mexicano, que seguía sin entender y la capciosa narración de los locutores de ESPN, que ese rompían la cabeza tratando de explicar lo que veían en el terreno, atribuyendo el pobre funcionamiento a errores de sus jugadores, omitiendo o no queriendo ver una verdad tan grande como el estadio, México no funcionaba, porque Cuba era más, si Cuba era más, porque Cuba tenía más hambre, mas ganas, porque sus jugadores corrían cada balón como el último. México no funcionaba, porque se jugaba a lo que Cuba quería, porque Cuba tapaba las salidas dejando a los talentosos jugadores rivales sin opciones para crear o distribuir el juego.
Aruro Diz Pe, tuvo otra gran noche Centroamericana
Cuba jugaba bien, jugaba como habíamos soñado, jugaba a lo Cuba a lo de esta Cuba que nos ilusiona cada vez que sale al terreno y nos hace soñar, pero la pasión la adrenalina no nos cegaba y las inquietudes sobre el resto físico de nuestros jugadores aparecían revoloteando ¿Cuánto más aguantarían nuestros muchachos ese tren? ¿Hasta cuando le alcanzaría?
La respuesta pareció asomarse en los minutos finales cuando dos de los jugadores de mayor despliegue físico: La Bestia Urgellés y el Pitufo Pérez debieron dejar su espacio a Labrada y Anderson, quien pareció en los primeros minutos del alargue andar igual o peor físicamente que el lastimado Dayron, viéndose renguear por momento.
Cero y cero y el alargue, el sufrimiento el sacrificio no había terminado para los once guerrero que en pie seguían la batalla y vino el gol, un gol de esos, diferente bello, dibujado como un pincel en el que la imperfección, si así puede llamársele al desvío en una pierna mexicana, lo hizo aun más bellos.
Salida rápida cubana y el capitán, como contra Haití para destrabar el partido, hizo doble recorte, dejó a sus marcadores en el camino y disparó el balón rosó una pierna para cambiar lo suficiente la trayectoria y colarse junto al pulo para ir a besar el tejido gol y explosión en el pecho cubano, gol Cuba arriba, Cuba ganaba.
¿Impensable? Antes del partido tal vez, pero a aquella hora de la noche era justo premio, no había sorpresa, Cuba ganaba por méritos propios y Cuba no renunciaba, iba a por más y tal vez ese ir por más, ese amor propio fue el que nos terminaría costando el partido.
Sandy Sánchez vuela
México estaba herido y buscaba el empate, Cuba no renunciaba, y en una gran jugada por la derecha, Anderson se escapó de su marcador, pegado a la línea para habilitar a un, ya sin piernas Maykel Reyes que apenas pudo hacer contacto con el cuero, que fue salvado sobre la línea por un defensor local, cuando parecía que Cuba aniquilaba el partido.
Un partido que con los minutos ganaba en dinamismo, en suspenso, uno que se adueño de la noche veracruzana a cinco del final, cuando tras una entrada de Abel Martínez sobre uno de los delanteros mexicanos, el central marcó el manchón penal, Aspiricueta tomó el balón dispuesto a ajusticiar a un Sandy Sánchez que le miró a los ojos, adivinó las intenciones del azteca para volar a su palo izquierdo y mandar al corner a la cinco, y hacernos brincar y abrazarnos de alegría.
Había que parar el partido, descinflar el balón, ganar minutos, pero Cuba no cambió su juego y en el pecado llevó la penitencia, el futbol se ensañó una vez más con nuestra sele y a un minuto de final el árbitro castiga un falta en los bordes del área que Bueno manda al fondo de las redes a través del único resquicio que quedaba abierto en la barrera cubana para hacer inútil la estirada de Sandy, un verdadero rompecorazones que nos mandaba a los penales.
Tanda fatídica que en rara ocasión a sonreído a los nuestros, uno por uno fueron desfilando los pateadores y los aciertos de Sandy nos llenaba el corazón y alma de esperanzas, con la ilusión de que el oriundo de manatí detuviera alguno de los disparos.
Pero el futbol, oh bendito futbol aun no había terminado su macabra obra veracruzana.
La imagen de la injusticia, Yolexis Collado de impecable
actuación durante el partido, se toma la cabeza tras fallar
su penalti
Lento, tranquilo, con su cuatro a las espaldas se paró Yolexis Collado frente el balón, el pequeño titán cubano, el que había salido casi de las sombras para encumbrarse en lo alto con extraordinarias actuaciones en la media cancha cubana no nos había dejado echar de menos al gran Daniel Luis uno de los estandartes de esta selección.
Tomó carrera, pateó y el balón caprichoso fue a estrellarse entre las piernas del arquero mexicano, para desatar el júbilo mexicano. Sorpresa, mil veces sorpresa. Cuba había perdido, injusto mil veces injusto, con el futbol y el hombre.
Después las lágrimas del Motorcito Collado, que eran nuestras lágrimas, las palabras de apoyo de sus compañero que también eran las nuestras Cuba había caído como una grande, Collado había enfrentado a su destino como el gran hombre, atleta y futbolista que es, hoy no hay reproches, hoy no aceptamos disculpas, porque no hay reproches que hacer, porque no hay disculpas que dar, porque para nosotros este equipo, y especialmente tú, Yolexis son nuestros héroes.

El futbol es injusto, pero cada Domingo vuelve a dar revancha. En hora buena Cuba, en hora buena.

Monday, November 24, 2014

Esta si es mi Cuba

Esta Cuba, la de anoche, la de Luis Pirata Fuente, la de Veracruz, si es mi Cuba, guerrera, luchando dejando alma y vida sobre una cancha imposible, fangosa y pesada por la lluvia, esta es la Cuba que queríamos ver, que añorábamos y no aquella de la Copa de Caribe rácana, falta de hambre de triunfo y conformista.

Quiso el destino que viviéramos en menos de un mes destinos similares, llegar al último partidodel grupo necesitados de una victoria para ganarlo y aunque los resultados fueron los mismos la trayectoria de los mismos fue. muy diferente. Fue un autentico partidazo, con Cuba dominante, con la osadía y capacidad de tocar, triangular y rotar en un verdadero pantanal, Cuba se robó el balón y el show ante una Venezuela, que no pudo nunca encontrar el camino de la marea roja cubana que llegaba y llegaba convirtiendo en figura al portero venezolano que con dos excelentes intervenciones evitó que los nuestros se pusieran en ventaja, primero ate un trallazo de Yosel Piedra que sacó a una mano y después ante un cabezazo de Héctor Morales que lo encontró muy bien posicionado.

Cuba pudo ponerse en ventaja en la primera mitad cuando un excelente cobro de Andy Baquero, encontró la cabeza de Maykel Reyes que envió el cuero al fondo de las redes, sin embargo el gol del viñalero fue anulado por un milimétrico fuera de juego. Cuba siguió carburando en la segunda mitad, peleando cada balón como si fuera el último y aguantando el embate de las continuas entradas de los venezolanos que ante la incapacidad técnica apelaron al juego brusco para detener los embates de los nacionales, con la total complicidad del árbitro Valdin Legister de Jamaica, con el cual no tuvimos mucha suerte en el primer partido y mucho menos anoche, cuando para rematar su actuación expulsó al capitalino Andy Baquero en el tiempo de compensación. 

Fue el futbol, injusto, muy injusto y se ensaño con el mejor de los dos, con el que puso la alegría, el futbol, el espectáculo, fue de esas noches en las que la pelotica se niega a entrar, en la que esos cruces de balón quedan a milímetros de los rematadores o en las que el portero se viste de héroe para cerrar su marco y ahogar el grito de gol.

Fue de esos encuentros que llena la pupila y que invita a verlo de pie, palpitando a cada momento y con un cierre cardíaco, pues con una Cuba volcada, entregada al ataque aparecieron algunas posibilidades en la zaga que propiciaron algunos remates al marco muy bien controlados por Sandy Sánchez que se va consagrando bajo los tres palos.

Fue otra noche de gran demostración del capitalino Adriá Diz Pe, nombrado jugador del partido, de Andy Baquero, a pesar de su expulsión, siempre subiendo acompañando en el ataque o replegándose en defensa, de Yordan Santa Cruz siempre incisivo, de Maykel Reyes, de Dayron Pérez, al que le tocó calzarse la botas grandes dejadas por Arichel “La Perla” Hernández trabajo que cumplió con nota de sobresaliente pues el pequeñín número 11 no desentonó en ningún momento mostrando sus grandes dotes técnicas.

Fue una Cuba de juego excepcional que no pudo cumplir su objetivo pero que dejó un muy grato sabor de boca, mostró ser un equipo que no se arruga ante situaciones grandes o complicadas y que será un equipo que plantará cara ante el favorito México en semifinales.

Ayer no se logró el objetivo, no se lograron los tres puntos pero hoy podemos estar tranquilos, porque nuestro futbol, nuestras glorias pasadas, nuestra historia futbolística en está en muy buena manos, calidad y corazón hay mucho en estos jóvenes, ahora le toca a los Dueños del Futbol no dejar que se pierdan.